9 errores que cometes al usar tu ropa interior
¿Sabías que usar la ropa interior de la forma adecuada puede ser fundamental para evitar problemas cutáneos y otros relacionados con la higiene? Y es que hay errores comunes al usar ropa interior que muchas personas cometen sin ni siquiera saberlo. Este hecho ha sido probado por un estudio de The Derm Review, un centro especializado en dermatología. Te hablamos de ellos en detalle para que puedas evitarlos en tu día a día.
9 errores frecuentes al usar tu ropa interior
La ropa interior está compuesta por prendas que merecen una especial atención, pues cubren las zonas más sensibles de nuestro cuerpo. Además, debe ser cómoda y cumplir con funciones específicas, como la absorción de la humedad. Sin embargo, hay quienes se dejan llevar por la moda y dejan caer en el olvido estos principios que deben primar al usar ropa interior. Veamos algunos errores que no debes cometer.
No lavar la ropa interior antes de estrenarla
Si bien es cierto que la ropa interior pasa por exámenes de calidad exhaustivos, hay que entender que se utiliza para cubrir una de las zonas más sensibles y delicadas de nuestro cuerpo. Aun cuando es nueva, pasa por un proceso de manipulación para la fabricación y empaquetado de la prenda.
Además, ciertas prendas interiores pueden estar en contacto con químicos o similares, y provocar problemas en la piel. Lo mejor para solucionarlo es lavar la ropa interior antes de estrenarla, incluso si la adquieres online.
No cambiar la ropa interior cada día
A veces lo hacemos incluso sin darnos cuenta. Porque un día nos quedemos en casa todo el día, o porque estemos demasiado cansados para ducharnos. Pero te vamos a contar un detalle curioso: ¿sabes que unos calzoncillos usados tienen una media de entre una décima y un gramo de heces? Y con sus respectivas bacterias, por supuesto.
Por lo tanto, repetir la ropa interior más de un día no es una buena idea. Lava los calzoncillos tras cada uso y deja que se sequen al sol siempre que sea posible para eliminar las bacterias por completo.
Usar ropa interior muy ajustada
Usar habitualmente ropa interior muy ajustada puede tener graves consecuencias para la salud. Por tanto, elige calzoncillos de tu talla y olvida los que son demasiado ajustados. Algunas de las consecuencias de llevar ropa ajustada son las siguientes:
- Irritación. Cuando la ropa es más pequeña de lo que necesitamos, aparecen roces, rojeces e incluso heridas.
- Infecciones, ya que la zona carece de la ventilación suficiente y la humedad aumenta la proliferación de bacterias.
- Afecta a la fertilidad, pues aumenta la temperatura testicular, la cual repercute en la calidad del esperma.
- Dificulta la circulación, lo cual puede desembocar en una subida de la presión arterial e incluso trombos.
No usar ropa interior en algunas ocasiones
¿Por qué no usar ropa interior puede ser peligroso? Porque esta nos sirve de protección para una de las zonas más delicadas de nuestro cuerpo. No llevarla puede repercutir en roces, tiña inguinal (infección) o foliculitis. Estas son solo algunas de las consecuencias de no usar calzoncillos.
Por otro lado, usar ropa interior a diario te protege de estos problemas y te aporta comodidad y confort, manteniendo la zona seca y protegida.
No acertar con el tejido
La elevada demanda de ropa interior ha fomentado la aparición de muchas marcas y diseños, algunos de ellos muy económicos para atraer la atención de los posibles compradores. Sin embargo, estos tienen importantes carencias, entre las que se destaca un tejido que no es de calidad, y que no cumple con las funciones que se espera de la ropa interior.
Para acertar con el tejido, debes elegir los textiles que sean transpirables para que la zona ventile, y que no se acumule humedad que pueda derivar en infecciones u otros problemas relacionados con la dermis.
Usar la ropa interior como un bolsillo más
Algo que suele darse tanto en hombres como en mujeres es la tendencia de usar la ropa interior como un bolsillo más en el que guardar dinero, llaves o documentos, entre otros. Este es uno de los errores más comunes, pues el roce directo de la piel con estos objetos puede ocasionar graves problemas en nuestra zona íntima.
Si tienes que llevar más cosas de la cuenta, opta por usar una bandolera, una riñonera o cualquier otro bolso que te guste. La ropa interior no es tu bolsillo secreto.
No lavar y secar la ropa interior de la forma adecuada
Para lavar la ropa interior adecuadamente, sus etiquetas nos dan las indicaciones para hacerlo sin dañar la prenda, al igual que con el secado y el planchado. Conocer el significado de estas etiquetas, y cómo tenerlas en mente al lavar nuestras prendas íntimas, es crucial para que se mantengan en buen estado y nos sigan aportando suavidad y comodidad durante algo más de tiempo. Te dejamos por aquí unos consejos sobre cómo lavar la ropa interior.
No tener un número suficiente de prendas interiores
De vez en cuando debemos revisar nuestro armario para saber cuántas prendas tenemos y si ese número es suficiente. Necesitamos, al menos, contar con una para cada día de la semana y otras extras para cuando el resto se estén lavando o secando.
Además, necesitamos disponer de calzoncillos para hacer deporte y otros reservados para ocasiones especiales. Así no tendrás problemas cuando necesites uno u otro. En otro artículo te dábamos algunas indicaciones para saber cuánta ropa interior debe tener un hombre en el armario.
No renovarla cuando corresponde
El paso del tiempo y los lavados pueden estropear y debilitar nuestra ropa interior y las funciones que esta debe cumplir. Por lo tanto, al hacer inventario en nuestro armario, es conveniente revisar el estado de estas prendas y deshacernos de las que hayan perdido elasticidad, color o grosor. En general, deben renovarse cada año.
Por tanto, resumiendo, usar la ropa interior de forma adecuada consiste en:
- Lavarla antes de estrenarla.
- Cambiarla cada día.
- Usar la talla adecuada.
- Llevar siempre ropa interior.
- Elegir tejidos de calidad y transpirables: usar ropa interior de algodón.
- Lavarla y secarla siguiendo las indicaciones de la propia prenda.
- Tener suficiente cantidad.
- Renovarla cuando sea necesario.
¿Estás preparado para todos estos cambios?